lunes, 15 de noviembre de 2010

Pearl Jam editarán otro directo oficial: "Live on ten legs"

Coincidiendo con su vigésimo aniversario, Pearl Jam han anunciado que publicarán un nuevo disco en directo bajo el título de Live on ten legs. El álbum saldrá el 18 de enero de 2011 y viene a ser la réplica actualizada del primer live oficial de la banda, que se editó en 1998 bajo el título Live on two legs.

El tracklist es el siguiente:

1. Arms Aloft
2. World Wide Suicide
3. Animal
4. Got some
5. State of Love and Trust
6. I Am Mine
7. Unthought Unknown
8. Rearviewmirror
9. The Fixer
10. Nothing As It Seems
11. In Hiding
12. Just Breathe
13. Jeremy
14. Public Image
15. Spin The Black Circle
16. Porch
17. Alive
18. Yellow Ledbetter

El disco estará disponible en versión digital, CD y edición de lujo. Esta última incluirá un CD, un doble LP, y material para coleccionistas, como fotografías y reimpresiones de pósters. Eso sí, nada especialmente goloso para los fans de toda la vida.

Desde que sigo a Pearl Jam, he podido escuchar infinidad de directos del grupo, ya sea piratas u oficiales (desde hace muchos años, la banda edita todas y cada una de sus actuaciones). Y algo sí puedo decir, como la inmensa mayoría de fans. Este nuevo disco no representa ni mucho menos lo que es un concierto de los chicos de Seattle. Empezando por una selección de temas más corta de lo habitual, de dudoso atractivo en su conjunto, y con la presencia de versiones que no son, ni mucho menos, las más celebradas de la banda.

Seguramente todos acabaremos cayendo y nos compraremos el disco, muy posiblemente en edición de lujo. Aún así, seguiremos prefiriendo escuchar cualquier otro directo del grupo, como ya pasó con el Live on two legs. Existiendo los bootlegs de todas las giras desde el año 2000, con setlists siempre superiores a las veintipico canciones y con momentos realmente memorables, realmente sobra un directo mutilado.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Majestuosos Blind Guardian (Barcelona, 6/11/10)

Por fin he saldado mi deuda con Blind Guardian. Tras varias visitas a Barcelona, el de ayer fue mi primer concierto de los germanos, y doy fe de que valía la pena verles aunque solo fuera una vez. Fueron dos horas de energía y de buen rollo que parecieron dejar a todo el mundo contento. Aunque tampoco era difícil satisfacer a un público absolutamente fiel y entregado como el suyo.

En esta ocasión, el concierto tuvo lugar en el Sant Jordi Club ya que su emplazamiento natural en Barcelona, Razzmatazz, estaba ocupado anoche por LCD Soundsystem. Dado que la sala anexa del Sant Jordi tiene unas dimensiones considerables, se dispuso una cortina negra más allá de la mesa de sonido, detrás de la cual se habilitó una zona de cafetería (parecía más un congreso que un concierto de metal). Obviamente la pista no se llenó pero, aún así, el ambiente fue cálido y festivo.

La banda salió a escena más o menos puntual, precedida por la intro sinfónica de Sacred worlds, el tema que abre su nuevo disco, At the edge of time. Nada más empezar el concierto, ya se percibió la gran entrega del público y la consecuente buena predisposición del grupo. Hansi dejó claro desde el principio que es un excelente frontman, sean cuales sean las dimensiones del recinto. Su energía, su simpatía y su cercanía con la audiencia son el complemento perfecto para una voz que exprime al máximo en cada tema.

Como es habitual, el vocalista presentó todas y cada una de las canciones. Tras la descarga inicial de Sacred worlds, se dirigió por primera vez al público para transmitirle su ilusión por volver a tocar en Barcelona. Entonces cayó la primera broma de la noche, cuando Hansi dijo que era un fin de semana importante, no por su concierto sino por la visita del Papa. La réplica del grupo a tan "santo acontecimiento" fue la potente Welcome to dying, convenientemente secundada por el público.

A continuación, los alemanes interpretaron Born in a mourning hall, el primer tema de la noche de su disco más celebrado, Imaginations from the other side. De hecho, en la presentación de la canción, Hansi ya dio a entender que cualquier corte de ese álbum era una apuesta segura. Y no le faltaba razón.

También recibió una respuesta entusiasta la emocionante Nightfall, que narra uno de los pasajes del Silmarillion de Tolkien, concretamente la huída de los Noldor. Mientras escuchaba el tema y veía a la araña Ungoliant proyectada al fondo del escenario, no me fue difícil dejarme llevar por las historias épicas de la Tierra Media.

Para entonces, el público de Barcelona ya estaba por la labor de cumplir con la tradición y pedir con insistencia la canción Majesty, primer corte de su disco de debut, Battalions of fear (1988). Ante esta súplica, y con la clara intención de jugar con nosotros, Hansi bromeó diciendo que esta noche no tocaba, y se dispuso a presentar Fly, un tema que rompe con el sonido clásico de Blind Guardian y que está contenido en su penúltimo álbum, A twist in the myth.

Fly fue una de las pocas concesiones de la banda a su etapa más reciente (de sus últimos cuatro discos solo interpretaron cuatro canciones, y tres de ellas eran del álbum que venían a presentar). Los alemanes volvieron en seguida a su repertorio de los 90 con Time stands still (at the Iron Hill), otro tema del Nightfall in Middle-Earth. Nuevamente una canción redonda y de estribillo épico que hizo las delicias de la audiencia.


Dando un paso más hacia su pasado, el grupo siguió con Traveller in time, no sin antes jugar un poco más con el público, al que hizo a "cantar" con todas sus fuerzas la intro del tema. Entonces fue cuando la banda culminó su broma a cuento de Majesty y Hansi se refirió a una presunta discusión con el resto del grupo para decidir si la tocaban o no. Finalmente, explicó que, a pesar de la oposición de Marcus, el segundo guitarrista, él había decidido ofrecernos el tema como regalo. Luego comprobaríamos, gracias al set list que nos mostró un chico al final del concierto, que la canción ya estaba prevista. Eso sí, seguramente conocedores de lo que se les venía encima.

No hace falta decir que la acogida de Majesty fue proporcional a las expectativas que había levantado. La gente no dudó en abrazarse y seguir con entusiasmo las primera notas del tema que, tal como apuntó Hansi, "sorpresa, sorpresa, trata sobre El señor de los anillos". Sin duda fue uno de los momentos más emocionantes de todo el concierto.

Tras los más de 7 minutos intensos y acelerados de Majesty, la banda sacó por primera vez las guitarras acústicas y nos dio un respiro con la medieval A past and the future secret. Pero solo fue eso, un respiro, porque en seguida Time what time, basada en Blade Runner e incluida en el disco Somewhere far beyond, volvió a acelerarnos el pulso.

Hansi preguntó entonces si queríamos "otra rápida" y, al evidente asentimiento de la audiencia, la banda respondió con A voice in the dark, un tema muy potente y pegadizo que fue escogido como single de At the edge of time. La canción tiene muchas virtudes pero tengo la sensación de que sonó algo caótica en directo. Tal vez era un tema demasiado exigente a nivel vocal para esas alturas del set list. No sé, pero sé que no me sonó del todo bien.

En cambio, el cierre del main set con Imaginations from the other side fue absolutamente espectacular y, como no, muy esperado por el público. La canción es tan perfecta que todos aparcamos la evidencia de que el concierto se iba consumiendo y que ya estábamos a punto de encarar el bis.

El break no pudo resolverse de mejor forma. Las notas arábicas de la majestuosa A wheel of time irrumpieron en la oscuridad y la banda pareció salir con fuerzas renovadas. La voz de Hansi abordó el tema con extrema energía, tal como exigía un corte que viene a sustituir (salvando muchísimo las distancias) a la mítica And then there was silence. El clímax de la canción se inició con el interludio instrumental. La banda desapareció mientras en el fondo del escenario se proyectaban imágenes de los diferentes instrumentos (violines, mandolinas...) que dan el toque oriental y sinfónico a este tema. El primero en salir a escena otra vez fue Oliver, el bajista, que tuvo sus segundos de protagonismo antes de que el resto de la banda se sumara progresivamente a la canción. Esa parte del tema que precede a la apoteosis final me tiene totalmente enamorada. Y tras ella todo fue grandiosidad.

Para rebajar la sensación barroca de A wheel of time, la banda optó por la intimista e imprescindible A bard's song (in the forest). Cumpliendo la tradición, el público jugó un papel destacado en este tema, cantándolo de principio a fin con la complicidad de Hansi. Fue el momento precioso que todos esperábamos.

Esos minutos de comunión eclosionaron con otro clásico que nunca puede faltar: Valhalla. En este punto del concierto, cerca ya de las dos horas, nos faltaba aire para repetir sin parar el estribillo de este tema. Pero aún así, no hubo nadie que se resistiera a cantar como si se tratara de un himno ese "Valhalla, Deliverance, Why have you ever forgotten me".

Y entonces llegó la sorpresa de la noche. Al menos para mí. Hansi presentó Mordred's song y yo pensé que era muy afortunada de poder disfrutar en directo el que es mi tema favorito junto a And then there was silence. Sobre todo porque en esta gira no está siendo habitual. En ese momento no me importó que la mítica Lord of the rings fuera la sacrificada. Y es que la canción inspirada en el hijo incestuoso del rey Arturo es sencillamente perfecta.

Tras este subidón, solo quedaba poner el cierre esperado al concierto. Mirror Mirror desató un nuevo momento de locura en la pista, hasta el punto de generar un moshing inédito hasta entonces. Una vez consumido el clásico, la banda al completo se reunió en el escenario para saludar con calma al público, repartir unas cuantas púas y agradecer, una vez más, la buena acogida de Barcelona. Antes habían dicho que su deseo era volver pronto. Así lo espero.