martes, 27 de octubre de 2009

Rammstein y su convincente idea del amor


En términos objetivos, Rammstein no destacan por su calidad musical. Supongo que están entre mis grupos favoritos por una cuestión de piel más que por cualquier otra cosa. Sí, disfruto con su sonido rudo, con su humorística sobredosis de testosterona, con su espectáculo circense y, por qué no, con sus muestras nada despreciables de buena poesía (escondidas tras un idioma, el alemán, que muchos prefieren relacionar con el nazismo antes que con la lírica) pero nunca esperaría que uno de sus discos se convirtiera en una obra maestra del rock.

Después de los trabajos un tanto discretos que se han publicado este año (y que ya he comentado en entradas anteriores), la verdad es que no esperaba mucho más de Liebe ist für alle da, el nuevo CD de los alemanes. Y más teniendo como única referencia el single Pussy, una pegadiza canción que combina el inglés y el alemán para transmitirnos un mensaje tan poco sutil como "you have a pussy, I have a dick, so what's the problem? Let's do it quick".

Quizás han sido estas modestas expectativas las que han hecho que el último de Rammstein me haya sorprendido tanto, hasta el punto que me parece, incluso, un grandísimo trabajo. Liebe ist für alle da alterna perfectamente el humor y la oscuridad que caracterizan al grupo, visibles en un repertorio de letras que van desde el entretenimiento más gamberro al más alto romanticismo, sin olvidar el estilo siniestro y a veces sádico que popularizó la banda alemana en la segunda mitad de los '90. Musicalmente, es un disco muy duro, lo que demuestra que los chicos de Rammstein siguen teniéndolo clarísimo a pesar de que ya están más cerca de los 50 que de los 40. Por otro lado, Liebe ist für alle da mantiene los vínculos con el trabajo más sinfónico de la banda, Mutter (2001), ya que vuelve a recurrir a coros y arreglos orquestales en más de la mitad de sus cortes.

El álbum arranca a lo grande, con un tema a la medida del grupo. Rammlied (palabra inventada que podría traducirse como la canción de Rammstein) intenta emular el himno que ya supuso Rammstein (Herzeleid, 1995) en los inicios de la banda. Se trata de una especie de presentación orgullosa del grupo que empieza con unos versos melódicos al más puro estilo Mein Herz Brennt (Mutter, 2001)Mucho me sorprendería que esta canción no se incluyese en el nuevo directo de la banda porque está hecha para pisar el escenario y levantar a las masas.

El segundo corte es uno de los temas más pegadizos (que no comerciales) del disco, Ich tu dir weh. La canción, que tanto podría explicar una relación sadomasoquista como un amor no correspondido, nos descubre una faceta de Till como cantante poco habitual. Cuando escuchamos el estribillo del tema, tenemos al menos la sensación de estar ante algo nuevo, descargado de la gravedad que caracteriza al vocalista a la hora de abordar ciertas temáticas.

Waidmanns Heil es uno de los temas más agresivos del disco, con una batería desbocada, las clásicas guitarras aceleradas y al unísono de Richard y Paul, y el tono gutural de Till acentuando la palabra "sterben" (morir) en el estribillo. Si nos ceñimos a una intepretación literal, la canción nos narra la cacería de una cierva. Si vamos un poco más allá, no obstante, reconoceremos tras las metáforas la narración de un acercamiento sexual. Parece ser que la letra está extraída de un poema de Till.

Haifisch es una de las canciones más frescas de Liebe ist für alle da. Incluye un sampler a lo Depeche Mode y su evolución es de lo más rítmico, con un estribillo de métrica impecable que invita a ser coreado. Esa parte del tema es un homenaje a la popular canción Die Moritat von Mackie Messer de La ópera de los tres centavos de Bertolt Brecht.

El quinto corte del disco vuelve a ser un tema especialmente duro, B******** (Buckstabü). En él, Till se transforma en una especie de Rey de las Tinieblas que primero nos recita pesadillas al oído y luego nos asusta con su grito más potente. La agresividad del tema tiene como contrapunto un acertado acompañamiento orquestal.

Frühling in Paris es una de las dos baladas del disco. Como su propio nombre indica, se ambienta en la capital francesa y se deja contagiar por sus sonidos, su idioma (dos versos del estribillo son en francés) y, claro está, por su romanticismo. Todo esto matizado con el tono sensual e intenso que tan bien cultivan Rammstein al hablar del amor ("wenn ich ihre Haut verliess, der Frühling blutet in Paris", es decir, "cuando dejé su piel, la primavera sangró en París). La emoción de la letra se refleja también en la música, que empieza en un registro acústico afrancesado para acabar eclosionando a merced de las guitarras eléctricas.

Wiener Blut nos engaña con un comienzo suave que rápidamente nos desvía a terrenos más oscuros. Y de forma literal porque Till nos grita a modo de siniestro anfitrión "Willkommen in der Dunkelheit!". En este tema, duro como el que más, el cantante vuelve a recurrir a una de sus imágenes preferidas, el castillo, que aquí representa el sótano donde Josef Fritzl, "el monstruo de Amstetten", mantuvo retenida a su hija durante más de veinte años.

Después de esta historia siniestra llega el primer single del disco, la explícita Pussy. Aquí no hay metáforas que valgan... bueno, con la hilarante excepción del verso que alude al "Bratwurst" y la "Sauerkraut". Si Ich tu dir weh era pegadiza, ésta lo es doblemente. Sería el equivalente de Amerika (Reise, Reise, 2004), incluso por su coqueteo con el inglés, que la hace mucho más fácil de recordar para la gran mayoría de los mortales. Hay que decir que en el contexto del disco me ha sonado mucho mejor que como single, aunque eso no quita que sea el tema más facilón y bailable de este trabajo.

El nuevo álbum de Rammstein sigue avanzando con el tema homónimo Liebe ist für alle da, una canción acelerada donde Till vuelve a adoptar su papel más siniestro para hablar presuntamente del deseo y las fantasías.

El décimo tema del disco es mi favorito sin lugar a dudas. Mehr lo tiene todo: estrofas al más puro estilo Mutter (2001), un estribillo potente sustentado sobre las guitarras y una espléndida batería, y una parte final in crescendo donde Till está perfecto en voz y expresividad. De hecho, el trabajo actoral del cantante es maravilloso durante todo el tema. De él se vale para hablar con múltiples matices sobre el egoísmo y la codicia sin límite.

Liebe ist für alle da se cierra con la segunda balada del disco, Roter Sand. El tema, básicamente acústico, narra un trágico duelo por amor. Una vez más, Till ofrece su vertiente más poética para concluir un álbum (ya lo hiciera con Nebel en Mutter y con Amour en Reise, Reise).

jueves, 22 de octubre de 2009

Crecen los rumores de una posible reunión de Soundgarden

Este próximo domingo se cumplirán diez años del concierto que ofreció Chris Cornell en el Casino l'Aliança de Poble Nou. Hay que ver cómo pasa el tiempo... Esa actuación me trae muy buenos recuerdos. Hacía dos años aproximadamente que Soundgarden se habían separado, tres desde su concierto en el Pavelló de la Vall d'Hebron. La tristeza inicial había dado paso a una nueva ilusión. Y es que el primer disco en solitario de Cornell, Euphoria Morning, era un trabajo emocionante, delicado... aunque sí, muy diferente al estilo pesado y oscuro que había encumbrado a la banda de Seattle.

Durante la última década, la carrera del ex cantante de Soundgarden se ha ido alejando del nostálgico grunge de los '90 e incluso del sonido intimista de Euphoria Morning. Primero se alió con Tom Morello para gestar Audioslave, una mezcla entre Rage Against The Machine y el rock alternativo más accesible. El invento no estuvo mal del todo pero nunca alcanzó la personalidad de Soundgarden. Cuando el grupo se separó, Cornell optó por el "yo me lo guiso, yo me lo como" e inició un coqueteo descarado con el pop más comercial. Con el disco Carry on (2007), dio muestras de querer llegar a un público más amplio. Puso banda sonora al James Bond de Casino Royale y se atrevió incluso a hacer una versión del Billie Jean de Michael Jackson, algo impensable en un cantante que, en los '90, lucía salvajes melenas y saltaba por el escenario a golpe de Marteens. Lo peor, no obstante, estaría aún por llegar. El Cornell más MTV se dejó embaucar por Timbaland, uno de los productores más populares de R&B y hip-hop, y publicó Scream (2009), un disco denostado por la práctica totalidad de sus fans de toda la vida.

Con estos precedentes, una no sabe si alegrarse o lamentarse de un rumor que está cobrando fuerza a medida que pasa el tiempo: la reunión de Soundgarden. Según la página GrungeReport.net, el regreso de la banda podría estar cerca. Parecer ser que el cantante de Pearl Jam, Eddie Vedder, habría comentado en algunos conciertos recientes que iban a ser sus últimas actuaciones en un tiempo. Teniendo en cuenta que el batería actual de Pearl Jam es Matt Cameron, ex componente de Soundgarden, algunos creen que el parón se debería a los planes de gira de este último grupo. Dicen, de hecho, que Chris Cornell, Kim Thayil, Ben Shepherd y el mismo Cameron ya fueron vistos juntos en un concierto que ofreció Pearl Jam hace un par de semanas.

Se comenta también que el Download Festival sería el primer festival en confirmar a Soundgarden para su edición de 2010. Esa posibilidad no resultaría del todo extraña ya que, como bien afirma la web portALTERNATIVO.com, los rumores de reunión de Faith No More surgieron de forma similar y el primer festival en confirmar a la banda de Patton fue precisamente el Download.

Sea como sea, si algún día volvemos a ver a Soundgarden juntos, ¿qué versión de Cornell nos encontraremos?


domingo, 18 de octubre de 2009

Los efectos colaterales de la Copa Davis

Mucho se ha hablado en los últimos días de la final de la Copa Davis y la elección de Barcelona como sede del acontecimiento. Ya sabeis, que si Feliciano y Verdasco no querían que se escogiera la Ciudad Condal, que si Nadal dijo que los tenistas no debían opinar sobre este tema, que si Madrid no será sede olímpica en 2016... Ahora la noticia es otra y no menos polémica. Parece ser que la final de la Copa Davis tendrá serias consecuencias para la densa agenda de conciertos que aguardaba al Palau Sant Jordi, con la amenaza que eso supone para las ilusiones de mucha gente.

Para empezar, ya se ha anunciado que los conciertos que iban a ofrecer Prodigy (3 de diciembre) y Marilyn Manson (4 de diciembre) en el Sant Jordi Club están suspendidos a la espera de encontrar otra ubicación en Barcelona, es decir, otro lugar que pueda dar cabida a unos 4.000 espectadores. Dicen que se trabaja con la posibilidad de que las actuaciones se hagan finalmente en el Pabellón de la Vall d'Hebron, un lugar que hace tiempo que no se explota para este tipo de espectáculos. Pero no hay nada seguro de momento.

Más delicado, si cabe, es el caso de los conciertos de Depeche Mode (20 y 21 de noviembre) y Muse (27 de noviembre). La Copa Davis tendrá lugar entre el 4 y el 6 de diciembre pero algunas fuentes aseguran que se necesitan 15 días para la preparación del Sant Jordi. Si es así, el problema es de muy difícil solución. Y es que los conciertos de Depeche Mode y Muse no se pueden comparar en volumen de público a los de Prodigy y Marilyn Manson. La prueba es que el ritmo de venta de entradas hizo que se añadiera una fecha para Depeche Mode y que la actuación de Muse se trasladara de Badalona al pabellón de Montjuïc. Partiendo de estos datos, es casi imposible programar las actuaciones en otro emplazamiento (el pabellón de Badalona se queda pequeño y el único espacio que supera en aforo al Sant Jordi es el Estadio Olímpico).

Con esta incerteza, es lógico que muchas personas con entrada para los conciertos del Sant Jordi (entre las cuales me incluyo) permanezcan en vilo. Si se confirmaran las temidas cancelaciones, me parecería escandaloso. Y más teniendo en cuenta que hace muchos meses que se pusieron a la venta las entradas de Depeche Mode y Muse. Algo tendría que contar el orden en el que se han organizado los eventos. Si ahora se les dice a dos grupos como estos que no pueden tocar en Barcelona porque la ciudad ha preferido "improvisar" un torneo de tenis, ¿qué imagen se llevarán de la ciudad? No sé, espero que la sangre no llegue al río y que no se perjudique a muchos miles de personas que esperan desde hace mucho tiempo para poder ver a sus ídolos musicales.

lunes, 12 de octubre de 2009

Vuelve Alphonse Mucha

Aquellos que se durmieron en los laureles tienen ahora una nueva oportunidad de admirar la obra de Alphonse Mucha. La exposición que pasó hace unos meses por el CaixaFórum de Barcelona ha vuelto a Catalunya, en esta ocasión al CaixaFórum de Tarragona, donde permanecerá hasta el 10 de enero. Después de haberla visto dos veces, no puedo hacer otra cosa que recomendarla fervientemente. La colección de obras que en ella se exponen, completísima y abrumadora incluso, es capaz sin duda de enamorar a conocedores y neófitos.

Alphonse Mucha (1860-1939) fue un pintor y artista decorativo checo, reconocido sobre todo por su aportación al Art Nouveau (el equivalente al modernismo catalán). En 1887 se mudó a París, donde se dedició a la ilustración de revistas y publicidad. Saltó a la fama con el primer cartel que realizó para la actriz Sarah Bernhardt. La obra de Mucha causó sensación en las calles, lo que provocó que Bernhardt ofreciera al artista un contrato de exclusividad por seis años. En ese tiempo, el pintor checo produjo bellísimos carteles que ayudaron a difundir la fama de la actriz más allá de Francia.

Mucha creó una cantidad enorme de pinturas, pósteres, ilustraciones, diseños para joyería... todos con el sello inconfundible del Art Nouveau. Así, eran frecuentes en sus obras las figuras femeninas rodeadas de flores, con vestimentas neoclásicas y halos alrededor de sus cabezas.

En la exposición que ahora se puede visitar en Tarragona, están representadas a la perfección todas las vertientes artísticas de Mucha. La muestra incluye los carteles más famosos de las obras de Sarah Bernhardt, otros trabajos publicitarios del pintor y una gran cantidad de musas y otras jóvenes que personifican conceptos como los momentos del día o las estaciones del año. También encontramos en la exposición la que se considera la obra maestra de Mucha, la serie La épica eslava.

En definitiva, ir hasta el CaixaFórum de Tarragona para visitar la muestra Alphonse Mucha. 1860-1939. Seducción, modernidad y utopía vale mucho la pena. Al menos yo lo recomiendo.

sábado, 10 de octubre de 2009

Apelando a la nostalgia

Hace unos días, Pearl Jam hizo triplemente felices a muchos de sus fans. En un concierto ofrecido en Los Angeles, los cinco de Seattle (se podrían considerar seis si tenemos en cuenta a Boom) se dejaron llevar por la nostalgia y sorprendieron a su público al invitar al escenario a Chris Cornell (ex-Soundgarden) y a Jerry Cantrell (Alice in chains). Ambos aparecieron al final del segundo bis. En el caso de Cornell, fue para interpretar ni más ni menos que Hunger Strike, el mítico tema de Temple of the dog. Aunque Pearl Jam ha tocado esta canción con cierta regularidad en sus conciertos, la verdad es que hacía muchísimo tiempo que no lo hacía con el line-up original, así que la posibilidad de volver a oír la canción en las voces de Eddie Vedder y Chris Cornell fue una auténtica sorpresa.

Temple of the dog fue un proyecto paralelo, una suerte de banda de tributo que se creó para homenajear al fallecido Andrew Wood, compañero de piso de Cornell y cantante de Mother Love Bone. El grupo estaba formado por dos componentes de Soundgarden, el mismo Cornell y el batería Matt Cameron, y por cuatro de los integrantes de Pearl Jam, los guitarristas Mike McCready y Stone Gossard, el bajista Jeff Ament y el recién llegado cantante, Eddie Vedder. Temple of the dog publicó su disco de tributo en 1990 y, así, con sólo un trabajo, se convirtió en todo un mito para los seguidores del rock alternativo.

Casi 20 años después, la reunión del grupo podía plantear ciertas dudas, sobre todo por cómo ha evolucionado la carrera de Cornell desde que se disolviera Soundgarden. Afortunadamente, los traspiés musicales del cantante no pesaron y Hunger Strike volvió a brillar sobre el escenario. La voz de Cornell estuvo a la altura (con algún matiz) y la colaboración con Vedder volvió a ser altamente emotiva.

La sensación nostálgica se repitió a continuación con Alive, el primer gran single de Pearl Jam. El tema, de 1991, contó con la participación estelar de Jerry Cantrell. El guitarrista de Alice in chains se unió al grupo para bordar un solo de guitarra que enloqueció a la audiencia.

Este final de concierto se cerró con un saludo multitudinario desde el escenario que bien merecía la siguiente foto:

domingo, 4 de octubre de 2009

Soulsavers: teloneros de lujo

Será un lujo tenerles como teloneros de Depeche Mode. Si el público lo permite, en noviembre podremos disfrutar de la magia de Soulsavers, uno de tantos grupos que se han hecho grandes con la ayuda de Mark Lanegan, una de las voces más personales y sobrecogedoras del rock alternativo. La historia se repite. El que fuera cantante de Screaming Trees, uno de los iconos grunge de los '90, va dejando su huella en todos los proyectos donde se ve involucrado: Mad Season, Queens of the stone age, The Gutter Twins y ahora Soulsavers.

Tras este último grupo se esconden los nombres de Rich Machin y Ian Glover, dos productores ingleses que, entre otras cosas, han remezclado temas de Starsailor o Doves. Como Soulsavers, han publicado ya tres discos, dos de los cuales cuentan con la colaboración de Lanegan como vocalista y letrista. El último, Broken (2009), es una auténtica maravilla plagada de temas memorables. El ex-Screaming Trees firma nueve de los trece cortes del álbum. Su voz grave, ronca... hace que estas canciones resulten estremecedoras, como ya nos tiene acostumbrados.

Lanegan presenta sus credenciales por primera vez con Death bells, el segundo tema del disco, una de las composiciones més animadas y a la vez más fúnebres del álbum ("Death bells are ringing, Lord, ringing in my ears"). Le sigue una de mis favoritas, Unbalanced Pieces, donde canta acompañado de Mike Patton (Faith No More), ni más ni menos. Todo un logro juntar en una sola canción a dos voces tan poderosas. El disco tiene en You will miss me when I burn otro de sus grandes momentos. Se trata de un tema lento, de piano y cuerdas, donde Lanegan susurra una de las letras más tristes del álbum. Su voz vuelve a sobrecoger en otros muchos temas de Broken aunque yo destacaría Pharaos Chariot y, sobre todo, Rolling sky, donde canta a dúo con Rosa Agostino, de Red Ghost. Esta última joya de lo más siniestro no habría desentonado lo más mínimo en la banda sonora de Lost Highway, de David Lynch.

Sí, que Soulsavers sean los teloneros de Depeche Mode es una gran noticia. Ahora espero que el público del Sant Jordi respete y sepa disfrutar del grupo, lo que sin duda se traducirá en una noche doblemente especial.

Más información sobre el grupo: http://www.myspace.com/soulsavers

viernes, 2 de octubre de 2009

Up: otra maravilla de Pixar

Pixar ha sumado una nueva joya a su colección. Up es otra delicia de película, capaz de divertir y enternecer a pequeños y mayores. En una cinta como ésta, poco importa que nos pongamos o no las gafas de 3D, porque lo que emociona de ella no es el vértigo que podamos sentir al volar sobre las montañas sino la manera en que sus personajes, un anciano y un niño regordete, nos transmiten sus penas y sus ilusiones.

En una época en que los guiones (sobre todo los que vienen de Hollywood) son cada vez menos originales, se agradece que compañías como Pixar sigan buscando ideas imaginativas. Es cierto que, dentro del género de la animación, éste es un objetivo más fácil de satisfacer, pero no por ello carece de mérito. Así lo pienso cuando veo la casa de Up alzarse sobre la ciudad con la única ayuda de un montón de globos de colores. Me encantan esas ideas imposibles, las mismas que se encuentran en tantos libros infantiles y que los hacen irresistibles a los niños. También adoro la capacidad de Pixar para pensar en todos los detalles, como las pelotas de tenis que rematan el bastón de Carl Fredricksen o las cortinas que sirven de velas para su casa voladora.

Si a todo esto le sumamos una historia terriblemente emotiva (e introducida con maestría en los primeros minutos de la película) y las dosis de humor (¡ardilla!) que se exigen en este tipo de metrajes, Up se convierte por méritos propios en otra maravilla de la factoría Pixar. Posiblemente más accesible que Wall-e pero más elevada que Buscando a Nemo.