Versiones se han hecho siempre y malas hay unas cuantas. Pero la intepretación de Ramoncín del clásico de Nirvana Come as you are lo supera casi todo.
Que de este personaje no cabía esperar demasiado, ya lo sabemos. No en vano se ha pasado muchos años paseándose de plató en plató con el único objetivo de polemizar sobre cualquier asunto (a cambio de dinero, claro está), siempre escudado en una máscara intelectualoide que al principio sorprendía pero que ahora más bien repele. Luego vino su cruzada pro SGAE. La defendió durante años con antipática convicción hasta que un buen día decidió abandonarla ofendido por la poca integridad de sus compañeros y lamentándose de su lastimosa lucha a favor del canon digital.
Incluso ignorando toda esta"energía positiva" que desprende Ramoncín, su versión de Come as you are nos seguiría doliendo como un hierro ardiendo. Su ya célebre atentado musical lo perpetró hace unos meses, con motivo del aniversario del longevo programa de radio de Jordi Tardà. Ni corto ni perezoso, el cantante acometió uno de los temas míticos de los '90 para destrozarlo sin piedad. Desafinó contínuamente, se inventó una letra que apenas recordaba y, lo peor, enfocó la canción con chirriante alegría, como si no se tratara del himno de una banda grunge. Es difícil no sentir vergüenza al presenciar su bailoteo sobre el escenario.
Volviendo al inicio, versiones hay muchas y muy malas, pero alguien debería exigir un mínimo respeto a los que se atreven a interpretar la obra de otros artistas. Tiene gracia pedirle eso a quien fuera uno de los máximos valedores de la SGAE, ¿no?
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Que le cooorten la cabeza!
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