Cuando una acude a un concierto de Alice in chains, lo normal es hacerlo empujada por la nostalgia. No nos engañemos. Es un grupo que obtuvo su mayor éxito durante los '90, envuelto en aquella nube informe que se bautizó como "grunge". La banda desapareció del panorama musical tras la trágica muerte de su cantante, Layne Staley, y no ha regresado hasta hace poco gracias a la incorporación, no exenta de polémica, de un nuevo vocalista: William Duvall. Actualmente, ver en directo a AIC responde al deseo de escuchar aquellos temas míticos que, bien por generación o por razones geográficas, nunca antes pudimos disfrutar.
Pero ojo. Aún siendo la nostalgia el principal motor para seguir los pasos de la banda, hay que reconocer que Cantrell y compañía se han sabido refundar y que están logrando convencer a los más escépticos con un excelente material nuevo y con una más que solvente puesta en escena. El año pasado, el grupo dejó muy claro que su nueva etapa no iba a ser un simple "grandes éxitos" sacando al mercado un disco realmente fresco y 100% Alice in chains: Black gives way to blue. En la gira que les llevó el pasado 6 de julio a Barcelona, la banda demostró, además, que su directo está lleno de vitalidad y que las nuevas canciones encajan a la perfección entre los clásicos.
El de Razzmatazz fue un espectáculo de rock en mayúsculas donde todos y cada uno de los miembros del grupo demostraron que siguen en esto porque les divierte. Fueron casi 2 horas de recital que incluyeron un total de 20 temas, a cual más celebrado por un público muy fiel. Mi posición, en primera fila justo delante de Jerry Cantrell, me permitió disfrutar plenamente de un concierto que fue vibrante en todos sus pasajes.
La descarga empezó como no podía ser de otra manera. All secrets known, del nuevo disco, ejerció de perfecta introducción para el concierto, con Jerry Cantrell cantando de manera pausada ese "Hope, a new beginning. Time, time to start living. Like just before we died". Toda una declaración de intenciones, que en seguida fue contrastada con It ain't like that, un tema del primer álbum del grupo, Facelift (1990). A continuación, la intensidad siguió en ascenso con una de las canciones que, a mi parecer, mejor están funcionando en directo, Again, del disco Alice in chains (1995). Este corte es carne de directo, con esos dos cambios que invitan al público a saltar mientras canta un pegadizo "tu, tu tu tu". Simplemente espectacular.
Después de este comienzo perfecto, el grupo demostró una vez más que sus nuevos temas han llegado para quedarse. Así, el single del nuevo disco, Check my brain, fue muy bien acogido por el público. Aunque no tanto como Them bones, la delirante canción que da inicio al gran clásico de la banda, Dirt (1992), y que, de hecho, suele inaugurar un bloque donde se suceden otros cortes imprescindibles de este disco: Dam the river y Rain when I die (una de las más coreadas por el público).
Tras la descarga evidentemente nostálgica, le llegó el turno a otra píldora del último disco, Your decision. El tema, lento, largo, casi pop, cede todo el protagonismo a Jerry Cantrell, quien es asistido a los coros por William Duvall. Su ritmo más pausado, aunque rítmico, se mantuvo con un clásico del EP Jar of flies (1994), No excuses, que siempre es recibido con especial cariño por la audiencia.
Y hasta aquí las concesiones. We die young irrumpió en Razz con toda su rabia metalera para volver a demostrar que el mal llamado "grunge" es, como género, tan indefinible como diverso. Toda una inyección de energía que fue seguida por otro tema nuevo de gran empaque, Last of my kind. El concierto siguió con toda una sorpresa, Rotten apple, nuevamente del mítico EP Jar of flies. El tema, tal vez por menos usual, actúa como una especie de túnel del tiempo y nos obliga a cerrar los ojos y a visualizar a Layne Staley agarrado a su micrófono, cantando de aquella forma tan única y sobrecogedora. Conseguir que ese recuerdo no se empañe es uno de los méritos que deberíamos reconocerle a Duvall.
Pero, como decía, Alice in chains han llegado a esta nueva etapa de su camino para demostrar que no viven de rentas del pasado. Y así volvió a evidenciarse con otros dos temas del nuevo disco que interpretaron uno tras otro: Lesson learned y Acid Bubble, el que para mí es el temón absoluto de Black gives way to blue. Esta última canción, con la pesadez de sus estrofas, el dúo vocal perfecto de Duvall y Cantrell, los cambios de ritmo y la locura metal en que estalla para regocijo de la audiencia, es sencillamente redondo, consiguiendo que sus 6:55 se hagan cortos. Si todos los grupos que se reúnen fueran capaces de crear material nuevo tan bueno, poco importaría si lo hacen o no por la pasta.
Para el final del main set, el grupo hizo lo que cualquiera hubiera esperado. Con el nuevo disco más que defendido, sólo cabía entrelazar un éxito tras otro. Y entre todos los hits, destaca el clásico Down in a hole, con esa letra que todos los fans se saben de principio a fin y esa perfecta comunión vocal entre cantante y guitarrista. El clásico, que volvió a emocionar en Razz, dio paso a otro corte del Dirt, Angry chair. El tema, uno de los más oscuros de AIC, fue aplaudido en seguida, tan pronto como la audiencia reconoció la batería que lo introduce. Lo mismo ocurrió con otra ineludible, Man in the box, del Facelift, que he de decir que fue seguida, cantada e incluso interpretada con pasión por un personaje que tenía a mi lado en la primera fila. Sus gestos representando la angustia del hombre dentro de la caja eran dignos del Institut del Teatre, lo cual no puedo más que aplaudir, porque siempre se agradece más esa implicación que no la obsesión de algunos por empujar a todo ser viviente.
Tras el breve descanso previo al bis, el grupo nos sorprendió con uno de los temas más especiales e impresionantes de su discografía: Love, Hate, Love. La letra de esta canción se clava muy profundo: "You told me I'm the only one. Sweet little angel you should have run. Lying, crying, dying to leave. Innocence creates my hell". Por cierto, que este tema no estaba incluido en el setlist original del concierto, lo que lleva a pensar que el grupo se estaba sintiendo verdaderamente a gusto y decidió alargar un poco la actuación.
Y después de esa más que grata sorpresa, llegaron las dos canciones que no podían faltar en el cierre. El bajo que introduce Would? enloqueció una vez más al público, que viajó nuevamente a los '90, una época que, sólo en la distancia, hemos empezado a apreciar musicalmente hablando. El final del tema, ese "If I would, could you?", fue gritado a pleno pulmón por el público, dejando Razzmatazz sin una gota de oxígeno. Tras la súplica colectiva, y ya como despedida definitiva, otro de los clásicos por excelencia, la conmovedora Rooster. La canción, que comienza delicada y luego estalla con el impulso de las guitarras y la voz de todos los presentes, volvió a dejarnos el mejor de los sabores.
En definitiva, un soberbio espectáculo musical que demostró que Alice in chains se han ganado a pulso el derecho a seguir vivos a pesar de que Layne ya no esté tras el micrófono. He de hacer una mención especial a la simpatía del grupo, en todo momento muy agradecido con su público, y, sobre todo, a la capacidad de William Duvall para ganarse a unos fans que no las tenían todas consigo cuando se enteraron de que alguien osaba sustituir a uno de sus iconos del rock alternativo. Duvall no ha demostrado únicamente que es un gran cantante, con una voz más que solvente, sino que además da la sensación de estar tremendamente agradecido por poder cantar con AIC y por recibir una buena respuesta del público. Así quedó demostrado cuando, nada más acabar el concierto, el hombre no dudó en quedarse en la puerta de Razz para hacerse fotos con los fans, firmarles autógrafos y charlar con ellos. Nunca olvidaré su sincero "thank you" al felicitarle por el gran concierto que habían ofrecido.
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Muy buena crónica del show!!! me gusto... creo que la mejor que he leído de la pasada de AIC por España la semana pasada (salvo por eso del "casi pop" de Your Decision... pero respeto tu opinión). Ese show en Barcelona fue muy bueno...
ResponderEliminarvoy a realizar mención de esta crónica en nuestro blog, en la entrada respectiva de AIC en Barcelona, por si te interesa mirar... muchos saludos desde Chile
Alice in Chains Chile
Vaya, muchas gracias! Lo de "casi pop"... bueno, tampoco sabía cómo definir que era una canción más accesible o más melódica que el resto ;-)
ResponderEliminarMe alegro que compartas el entusiasmo por el concierto.
Saludos!