lunes, 21 de septiembre de 2009

Con la musa distraída

A veces peco de ser demasiado benevolente con los grupos que me gustan, llegando a justificar e incluso negar algunos de sus tropiezos musicales. En este caso, no obstante, voy a intentar ser justa.

Tras tres escuchas completas, el nuevo disco de Muse, The resistance, sigue desconcertándome. Su cambio de sonido respecto a trabajos anteriores es indiscutible y no creo que eso me satisfaga ni a mí ni a la mayoría de sus fans. Tal vez sí a aquellos que los descubrieron con la BSO de Crepúsculo y que no saben de cuánto son capaces, pero no a mí.

El disco no comienza mal aunque no alcanza para nada el altísimo nivel de Black holes and revelations (2006), que arrancaba con una Take a bow que, de buenas a primeras, ya conseguía ponerte la piel de gallina. En este caso, la encargada de presentar el nuevo álbum es Uprising, un single sostenido sobre la batería y el bajo, que tiene sin duda cierto magnetismo y que puede crecer bastante en directo. A continuación entra el teclado tecno (sí, tecno) de The resistance, otro tema correcto aunque a ratos chocante, que coquetea con el pop más comercial aunque sin llegar a ceder del todo. Lástima que el siguiente corte del disco, Undisclosed desires, sí que se rinde a un sonido facilón nada propio de Muse. Para empezar, la voz de Matt Bellamy es casi irreconocible en este track. Del tema no se salvan ni las estrofas ni el estribillo, resulta excesivamente plano y encima me recuerda a Nelly Furtado. En resumen, y aunque no esté muy acostumbrada a decir esto de uno de mis grupos favoritos, ésta es una canción mala sin más.

La ventaja de tocar fondo es que luego todo se ve más luminoso. Y más si el tema que sigue es uno de los mejores del disco, United States of Eurasia. Es el primero que se adelantó en Internet, el que nos llevó a imaginar el álbum más sinfónico de Muse. El tema bebe de muchos sonidos, algunos de ellos realmente sorprendentes. La influencia más evidente es Queen, tanto por la alternancia de partes de piano y guitarra como por la grandilocuencia de sus coros. También encontramos sonidos orientales que algunos han reconocido con acierto en la BSO de Indiana Jones y el Templo Maldito (curiosa influencia). El tema concluye además con una outro que el grupo ha titulado Collateral damage y que no es otra cosa que una reinterpretación del nocturno más famoso de Chopin, Op. 9 Nº 2. Me gusta este tema. En él Bellamy vuelve a cantar con la potencia y la versatilidad a que nos tiene acostumbrados. La canción emociona, devolviéndonos a los auténticos Muse.



A continuación, Guiding light sigue próxima al concepto de himno, con la voz de Bellamy destacando por encima de todo y con la esperada aparición de su guitarra. Sólo cabe lamentar de este tema unos segundos que me recuerdan demasiado a U2, curiosamente ahora que Muse están en pleno crecimiento y comienzan a llenar estadios. La sensación de deja vu se desvanece, no obstante, con Unnatural selection, el tema más cañero del disco. Con este track se recupera el "caos ordenado" que tan bien han practicado Muse en discos anteriores, aportando además un Matt Bellamy en estado de gracia. MK Ultra recoge ese testigo y mantiene la intensidad, especialmente en un final en que la guitarra se acelera y se envuelve de efectos.

I belong to you (+Mon coeur s'ouvre à ta voix) es una de las sorpresas del disco. Se trata de un tema largo, con mucho piano, que recorre diferentes estilos y que vuelve a incluir otro homenaje clásico, en este caso un fragmento de la ópera Sansón y Dalila. En muchos momentos me parece una canción sacada de un musical y, aunque no se ajusta a los Muse que más me gustan, agradezco su emotividad. Creo que su principal virtud es lo inesperado de la propuesta, capaz de sorprender con un nuevo giro a cada amago de final.

Y así llegamos a la parte más esperada del disco, la sinfonía en tres partes titulada Exogenesis. El hecho de conocer el tracklist con antelación ha perjudicado sin duda la percepción de esta canción. Todos los que esperábamos algo grande de Muse no pudimos evitar emocionarnos al leer que el final del disco había sido reservado para un tema de cerca de 15 minutos, cuyo título incluía el concepto "sinfonía" y que había sido divido en tres partes: Overture, Cross-Pollination y Redemption. Eso nos llevó a pensar en una canción in crescendo, de gran contundencia sonora, de aquellas que ponen el vello de punta y que apetece escuchar con los auriculares para conseguir desaparecer de este mundo. En resumen, una mezcla de Take a bow, Knights of Cydonia, Apocalypse Please... y de algo de Muse aún por conocer. Al final, Exogenesis no ha resultado ser así. Su belleza es indiscutible, capaz de llevar hasta las lágrimas, pero simplemente no es lo que esperaba. Es más contenida, más delicada, con un piano y unas cuerdas más intimistas que grandilocuentes. Aún así, es una obra maestra de Bellamy que estremece especialmente por sus partes vocales, estratégicamente colocadas sobre la partitura.

Antes de cerrar esta valoración, no querría dejar de reconocer algunas virtudes de Muse que afortunadamente se han reafirmado en este disco. Una de ellas es sin duda la solvencia de Chris Wolstenholme tanto como bajista (impecable) como al cargo de los coros, lo que facilita que muchos de los temas más complejos de Muse puedan trasladarse perfectamente al directo. Esta calidad musical se extiende a los otros dos componentes del grupo, Matt Bellamy (virtuoso como cantante y como guitarrista) y Dominic Howard, lo que significa la mejor garantía para seguir creyendo en Muse. Tengo clara una cosa, el concierto que ofreceran el 27 de noviembre en Barcelona será un gran espectáculo MUSICAL.

2 comentarios:

  1. És curiós, en aquesta cançó, aquesta gent que no conec, em fan pensar en el primer tros en Queen, sobretot fins al primer subidón (inclós). Em sembla que el tio pot fer amb la seva veu coses com les que feia el Mercury. I l'ús de l'orquestra suposo que també hi fa.

    Au!

    Bart

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  2. Què mona, te l'has escoltada i tot...
    Sí, sí, recorda molt a Queen i Matt Bellamy és un dels millors cantants que he sentit mai. Fa el que vol amb la veu. I, a més, és un guitarrista i un compositor brutal.
    Si tens ganes, fes-li una ullada al YouTube al directe de Wembley del tema Take a bow. Se'm posa la pell de gallina només de pensar-hi :-)

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